Uno de los recursos más utilizados por las agencias publicitarias, creativos y diseñadores, es el empleo de las denominadas ‘técnicas creativas’. No es un concepto con el que estén familiarizados los autónomos y las empresas. Sin embargo, su aplicación resulta muy beneficiosa, tanto para el empresario como para el trabajador.
Las técnicas creativas son herramientas utilizadas por los profesionales para concebir, modificar y desarrollar conceptos e ideas innovadoras. En la mayoría de ocasiones, suelen ser empleadas en grupo –de 4 a 8 personas-. En ellas se involucran profesionales de diversos ámbitos. Ello, a su vez, permite solidificar las relaciones entre trabajadores de distintos sectores o jerarquía empresarial.
¿Qué es el Sleep Writing?
La técnica denominada Sleep Writing, es una de las herramientas más sencillas e interesantes para crear un concepto o encontrar la solución a un problema empresarial. Fundamentalmente, es una de las muchas técnicas creativas existentes. ¿Su peculiaridad? Pues que se basa en aprovechar el poder creador del sueño. Se trata, en todo caso, de dejar que el subconsciente halle la solución al problema que se plantea. Tarea que resulta más sencilla al estar liberada de los bloqueos propios del estado consciente
Además se trata de una técnica destinada a desarrollar nuestra creatividad y potenciar la originalidad. Algo muy beneficiosa por ser cualidades muy codiciadas en ámbitos como la publicidad.
Para utilizarla, los profesionales deberán reunirse y hablar sobre el problema o la idea en cuestión. Ejemplo: nuestro negocio no consigue captar seguidores en las redes sociales.
Tras debatir sobre el problema y sugerir algunas propuestas volvemos a casa con el problema en la cabeza. Después de cenar –se recomienda algo ligero-, colocamos una libretita y un lápiz junto a la cabecera de la cama y nos vamos a acostar. Es necesario que en ese transcurso de tiempo hayamos cavilado sobre las propuestas. Éstas son tan variadas como mútliples los problemas: puede ser crear un logo identificativo, realizar algún evento virtual…
A diferencia de la mayoría de las técnicas creativas, el Sleep Writing se realiza de forma individual. Sin embargo, la experiencia se comparte con el grupo. ¿El objetivo? Desarrollarla y madurarla.
¿Cómo se práctica?
De la forma más natural y sencilla. Ya acostados y antes de dormir, repetimos varias veces lo que queremos encontrar. Por ejemplo: quiero encontrar la solución al problema X…
Por lo general, cuando dormimos, solemos soñar. Los sueños y las pesadillas son el reflejo de nuestras preocupaciones diarias en el subconsciente. Por ello, si a lo largo del día y antes de quedarnos dormidos, pensamos en la misma cosa –en este caso, el problema-, seguramente se refleje en el sueño.
Cuando nos despertemos, anotamos en la libreta todo lo que hemos soñado, sentido y experimentado. Puesto que el cerebro trabaja mientras dormimos, es probable que en el sueño encontremos la respuesta al problema. Sino, en su defecto, podremos dar con la herramienta para solucionarlo.
Un consejo frecuente y aplicable a esta modalidad de técnicas creativas es el de organizar sesiones de grupo por la tarde. En todo caso, han de hacerse pocas horas antes de irse a la cama. En ellas se plantea el problema y se debaten las posibles soluciones entre todos los miembros del equipo.
Otra técnica bastante utilizada es la de analizar nuestros sueños. Para ello conviene enunciarlos en voz alta, aunque el sentido que le hayamos dado no sea el más habitual. He ahí la dificultad de esta técnica creativa. Averiguar por qué nuestro subsconciente ha elegido ese enfoque para abordar el problema.
Pero...¿resulta efectiva?
El Sleep Writing no es una de las técnicas creativas más convencionales. Ni tampoco 100% eficaz. Ello se debe a que depende de factores como la calidad del sueño o que no despertemos a tiempo para recordarlo.
Por tanto, el período de tiempo que transcurre entre la visualización de la información y el quedarnos dormido es vital.
Aunque pueda sonar a broma, ésta es una de las técnicas creativas más utilizadas por grandes artistas. Un ejemplo de ello son Dalí. Se trata de aprovechar las asociaciones que lleva a cabo nuestro cerebro mientras dormimos.
Truco interesante
Ante el inconveniente de no recordar lo soñado, una de las técnicas más difundidas es la utilizada por el pintor surrealista. Consiste en acostarse en una postura cómoda, con un objeto metálico en la mano dirigido hacia el suelo. A continuación has de centrarte en el problema e ir relajándote. Paulatinamente, irás quedándote dormido. Está comprobado que el cerebro entra en su fase creativa a los quince, veinte minutos desde que uno está dormido. Pero no te preocupes. Durante ese tiempo te habrás relajado lo suficiente como para que tu mano ya no sostenga el objeto. El ruido de éste al caer contra el suelo funcionará como un despertador. Después sólo has de apuntar lo primero que tengas en la cabeza. No te preocupes por la ortografía o la sintaxis. Lo primordial es que plasmes la idea.
A tener en cuenta
Esta técnica es aplicable a cualquier faceta de la vida. Por ello, aunque la practiquemos enfocada al ámbito laboral, hemos de ser consciente de que son muchas las variables que influyen. El estado anímico o la situación personal o familiar que estemos pasando condicionan de forma determinante la manera en qué cómo reaccionará nuestro subconsciente.
Por tanto, no te frustres si ves que no obtienes los resultados a la primera. Y menos si es la primera vez, pues, como todo, exige práctica.
Así que ya sabes, ¡no desesperes! A por boli y papel y... ¡a echar una cabezadita!